Cuando era niña pensaba que todos eramos iguales, que todo era transparencia y lo que mis ojos veían era real. Creía que si veía una obeja era una obeja y si veía un lobo era un lobo. Nunca pensé que podía tratarse de un lobo disfrazado de obeja... Cuando crecí y la horrible parte de la madurez me obligó a darme cuenta de la realidad del mundo no quise aceptarlo... me negué a ser realista y a dejar de ser como soy por darlo todo por la realidad absurda, así que supuse que lo mejor sería aislarme y no dejarme gobernar por la realidad y decidí saltar tres nubes por encima y vivir en una gran nube rodeada de las mejores partes de la vida con los pies colgando y pudiendo divisar desde lo alto la estúpida realidad que creía pero sin soltarme. En ese entonces no sabía volar, no me atrevía a hacerlo por miedo a caerme y golpearme sin poder reponerme de nuevo... Cada vez que veía pasar una estrella fugaz le pedía un deseo. Cuando iba al mar y encontraba un caracol hermoso y lo devolvía al mar, pedía un deseo. Cuando era la noche de San Juan, cada 24 de Junio de cada año, pedía el mismo deseo de siempre, siempre siempre, pedía un solo deseo... nunca se cumplió así que empecé a flaquear, dejando inconcientemente que la realidad me adapte a ella... hasta que llegó.Desde luego, si la navidad es sinónimo de regalos, el mejor regalo llegó a mi vida... el mejor regalo de todos, se llama Marcelo... es el ejemplo de un futuro y de amor. Amor es igual a Marcelo, él es el hombre que consiguió conquistar mi corazón con las tácticas más puras, quien sigue enamorandome día a día sin condición... con quién mi corazón está a gusto y está dispuesto a todo... a quién elegí para estar siempre... para siempre. El mejor regalo, eres tú mi amor. Quien me mantiene alejada de la realidad y quien me cuida... el que no me deja caer y me proteje de las cosas feas... te amo.Eres como un cohete en mi corazón... fuegos artificiales dentro de mi cuerpo. Te amo.
Poco a poco aprendemos de cada paso...
jueves, 25 de diciembre de 2008 | Escrito por Fiorella a las 2:39 0 comentarios
Bajo el sol
Existen cosas que adoro presenciar, momentos en los que no puedo faltar... cuando lo mejor que tiene el verano en este lado del sur este del mundo, es ver como el sol se oculta puntual cada día bajo el océano Pacífico... salir y quedarme todo el día por ahí pensando solamente en una cosa, contando los meses y los días hasta que se hagan cortos y puedas estar aquí, junto a mí. Verte tan lejos me estruja el corazón sin piedad... Hace unos días, enloquecí. Ví caer el cielo ardiendo en llamas y como el agua se convertía en arena roja del desierto... mi cerebro jugaba malas pasadas al intentar controlar a mi revoltoso corazón que desea tanto estar contigo... te necesitaba tanto como te necesito ahora y me volví a preguntar como todas las noches, cuánto faltaba para el amanecer, contigo.
Escrito por Fiorella a las 2:10 0 comentarios
Y si me caigo.. me vuelvo a levantar, pero a veces no tengo ganas de levantarme más. Enrredarme entre los rulos que caen de mi cabeza e intentar escalar hasta mis pensamientos, cambiarlos y sacrificar días de mi vida en intentarlo. Las espirales son imposibles de escalar, por lo tanto vuelvo a caer y a caer en un círculo vicioso sin poder llegar a mi objetivo. Érase una vez un caracol extraviado, perdido en sus pensamientos e ideas, triste, desamparado, desubicado y muy confundido, tratando de encontrar el camino adecuado para enfocar su futuro hacia la luz... o a lo mejor podría quedarse en una sombra permanente si lo quisiera, eso puede ser.No quiero ver más.
lunes, 1 de diciembre de 2008 | Escrito por Fiorella a las 16:51 1 comentarios