Tener una necesidad es útil. Nos pone en movimiento para satisfacer esa necesidad. Tener un deseo es más potente aún. Cuando deseamos algo con el alma, cada célula de nuestro cuerpo se esfuerza por lograrlo. Tener un sueño es algo de una fuerza casi sobrenatural. Nos esforzamos durante días, meses, años, par alcanzar ese sueño. Un sueño que nos puede cambiar la vida. Pero necesidades, deseos y sueños son pequeños al lado de la utopía. Tener una utopía es algo superior, algo vital. Una necesidad, un deseo, un sueño, pueden cambiar nuestra vida, pero una utopía puede cambiar el mundo. Y para bien o para mal, esa es la utopía de todos.

1 comentarios:

Rebeca G. Morales dijo...

Ahora mismo... daría lo que fuera por conseguir mi sueño, aunque es un poco difícil jaja pero bien dicen que si sueñas algo con mucha fuerza se acaba cumpliendo.
¿Todo bien, Fiore?
Un besito.