Hay cosas que son tan inesperadas... momentos que se plasman en el tiempo y se quedan ahí, encajados entre las líneas de luz que pasan por mi persiana. Como si el tiempo no hubiera pasado y todo siguiera igual que siempre, si mi memoria no hubiera evolucionado en ese sentido y siguiera todo siendo igual, exceptuando ciertas cosas...
Como intentar fotografiar al sol y que se cruce un avión inesperado... efecto de que nada puede mantener su ciclo natural por mucho tiempo.
Sentimos necesidad de extrañar cuando algo se hizo costumbre y ya no está. En eso consisten parte de los sentimientos, extraños sentimientos que confunden a cualquiera.
Volver a saber que estoy de nuevo con los pies en la tierra, me hace pensar que puedo seguir volando frenéticamente entre las golondrínas que deciden emigrar a otro clima más cálido al finalizar el verano... de vez en cuando... quizás.
Entre las melódicas y rotas notas del piano viejo en restauración, intento pensar en un archivo de memoria que quizás va haciendose más leve con el tiempo.
Mañana no podré despegarme del ambiente que había creado mi cabeza, no sé si habrá mañana.
1 comentarios:
Muy ciertas tus palabras T_T ; hablando de los atardeceres, aún recuerdo cuando veía esas imágenes y yo sentía ke eran bonitas pero no les tomaba muxa importancia, eran algo común. Ahora ke estoy más en la ciudad, es difícil poder observar una puesta de sol como esa (con o sin avión XD). Cuando pierdes algo, más lo llegas a extrañar, buuu
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