Retazos

Puedo sentir mis manos frías, los vientos del sur vienen acompañados del frío, todavía el otoño no se ha ido, pero está a punto de despedirse.
Vivir en mil pedazos sería irónico pudiendo ser constante y aprendiendo a vivir sobreviviendo, incluso resucitar después de decaer. Podría invitarte a caminar en las líneas de mi mano, pero no te dejas encontrar, estás pero no quieres hacerte notar. Dentro de mis pensamientos, hay lugares secretos donde podría pasar largos ratos entre remolinos de sentimientos pero prefiero quedarme cerca y saber que estás bien. Si la luna no brilla mañana no me importaría, si pudiera tener cerca unos ojos donde reflejarme o alguna sonrisa que contagie felicidad, pero cuando una mirada cambia o nace un gesto distinto, se clava y desgarra, y cuando vuelvo a escuchar esa palabra especial que sale de tí, vuelvo a sentirme de nuevo feliz.
Empezaré a escribir un libro que hable de nosotros, de sentimientos sin límite de tiempo. Quizás sepas que puedo intentar buscarte pero no estás en tu cabeza, ¿dónde estás?. Si tuviera ese tiempo que el mismo tiempo me arrebató, podría inventar una nueva estación donde podamos vivir juntos tu y yo. La importancia del recuerdo se difuminó entre distracciones, y ahora no sé dónde habrá quedado, seguramente colgaste el recuerdo de tu ventana y te olvidaste de él. Cuando dejo una vela encendida cada noche, pienso que puede alumbrar tu prohibida entrada por mi ventana, de este modo llegarías con más facilidad hacia mí. Comenzaré a escribir extrañas fábulas encerrada en una caja de madera que tirarán al mar, sin saber si flotará o se hundirá, correría el riezgo. Irrazonablemente una fragancia se aferró a mi alma, negarme a sentir más el peso de las lágrimas que mojan las calles, creando un mar lunar... la luna es mi cómplice pero... ¿Tu corazón es de cartón? No te das cuenta del material que está hecho, no quieres verlo.