al otro lado, detrás, más allá

No me parece que la luciérnaga extraiga mayor suficiencia del hecho incontrovertible de que es una de las maravillas más fenomenales de este circo, y sin embargo, basta suponerle una conciencia para comprender que cada vez que se le encandila la barriguita, el bicho de luz debe sentir como una cosquillita de privilegio.

No sé cuando empezó el desorden... hace unos años, cuando era más pequeña...entonces no había desorden, entonces el mundo seguía siendo algo pretrificado y establecido, un juego de elementos girando en sus goznes, un puñado de calles, árboles. nombres y meses...

3 comentarios:

Rebeca G. Morales dijo...

a mi de pequeñita me encantaban las luciérnagas, ahora tan sólo me gusta su luz porque ellas me dan cosa...
sabes? quiero volver a tener mmm de 7 a 11 años, todo era muy distinto a ahora... no quiero responsabilidades, son un asco!
un beso

V. do Rexo dijo...

Nuevo blog donde se recogen los textos/relatos sobre mis chicas (Sirle, Sasha, Azucena, Gloria, etc.) con la idea de crear un gran recopilatorio en el que se entrecrucen sus historias y se descubra más sobre ellas


http://laschicasdelilith.blogspot.com
http://laschicasdelilith.blogspot.com


besos, Fiore

Sebastián dijo...

También amo a Cortázar.

Revisando mi blog... veo que hace como mil años apareciste por ahí... uhm...


Esa porquería que nos hace a veces el mundo, que empieza a moverse, que empieza a ser algo que cambia y que se mueve, tan pronto empezamos a sentirlo.

Que terrible es madurar a veces y perder la inocencia y el desconocimiento u_u

Saludos! El otoño habrá acabado, pero tú no acabas [parafraseando a una amiga.]